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Chorro de
arena
Chorro de
Granalla
Chorro de
Microesferas
Este tratamiento tiene gran poder de arrastre y elimina la capa superficial del soporte y deja éste con un aspecto nuevo.
La piedra recupera su tono original.
El hormigón cambia la textura y aparece el poro abierto para la adherencia de otro material y deja un aspecto rugoso definitivo.
Este es el tratamiento habitual para estructuras metálicas y otros soportes que requieran que no se levante tanto polvo como con la arena.
Este tratamiento suele ser muy habitual en la limpieza de monumentos.
Por las características del abrasivo, y regulando convenientemente la presión y el caudal, tanto de aire como del abrasivo, se pueden realizar limpiezas de zonas o de lugares de máxima protección y dificultad como escudos, bustos, grabados, figuras, iglesias, etc…
El abrasivo se puede cambiar por silicato de aluminio, sílice, corindón, etc .. pues cada soporte requiere el suyo.